lunes, 12 de septiembre de 2011

Angry Birds: ¿por qué nos engancha de esa forma?

Un juego de mecánica tan sencilla como Angry Birds va camino de convertirse en uno de los de mayor éxtio de la historia. ¿Por qué provoca semejante adicción?
¿Está usted enganchado a Angry Birds? Bien, si le sirve de consuelo, sepa que no es el único. Por algo el exitoso juego creado por la finlandesa Rovio anda por los 300 millones de descargas, ha creado toda una industria del merchandising y hasta tiene una película a la vista.
Pero, ¿cuál es el secreto de su éxito? Porque tanto la mecánica como el diseño del juego son sencillos a más no poder. A los pocos segundos de empezar a jugar ya dominamos las reglas y la finalidad. A partir de ahí, el problema es saber parar.
En AYTM han elaborado un interesante estudio, en el que se desglosan algunos datos relacionados con el juego y se indaga sobre las razones por la que resulta tan tremendamente adictivo.
Empecemos con algunos datos llamativos:
- Actualmente hay tres versiones (“Angry Birds”, “Angry Birds Rio” y “Angry Birds Season”), cada una disponible gratis (que también generan ingresos por publicidad) y de pago. Los enfadados pájaros han llevado a Rovio a una valoración de 1.000 millones de dólares, más o menos igual que una aerolínea como JetBlue.
- La plataforma con más descargas de alguna de las versiones gratuitas son los teléfonos Android (31,6%), ligeramente por delante del PC (31,4%). Sin embargo, si sumamos los dispositivos Apple, se convierten en el medio dominante, con un 28% de descargas en iPod Touch, 22,8% en iPhone y 10,2% en iPad.
- Cada día se juegan 200 millones de minutos, equivalente a 16 años de juego ininterrumpido. Los jugadores han lanzando 100.000 millones de pájaros, más o menos la misma cantidad de aves que hay en la Tierra.
Pasemos ahora al aspecto psicológico del asunto. ¿Qué reacciones provoca una partida de Angry Birds? Al 5% de los jugadores le empeora el humor, al 37% no se lo altera y al 58% se lo mejora. Y aunque algunos declaran sufrir ansiedad o irritabilidad tras acabar el juego, las sensaciones dominantes son de diversión, relax y maestría ("¡Así aprenderéis, malditos cerdos!").
Cuando empiezan una partida, sólo el 18% de los jugadores no se consideran adictos. El 54% declaran serlo “ocasionalmente”, un 15% a menudo y un 13% “siempre”… O dicho de otra forma, que la batería del gadget de turno es la que suele marcar el final de la partida, por encima de la voluntad del jugador.
Finalmente, se identifican los cuatro puntos que hacen de Angry Birds el éxtio que conocemos
1. Su simplicidad: no es necesario un aprendizaje progresivo para avanzar.
2. Las recompensas que recibimos por el primitivo impulso de lanzar, golpear y destruir cosas.
3. Su realismo: todo responde con fidelidad a leyes físicas.
4. Nos hacen gracia los sonidos, las risas, los aleteos…
En conclusión, la mejor forma de librarse de la adicción al juego es desinstalarlo, algo que han hecho el 12% de los adictos.
Fuente: Enlace

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